Cansada de fingir...
Cada día que pasa, me acerca cada vez más a lo desconocido.
Ya no se a dónde mirar, ya no sé en qué pensar para no mostrar algo que me aterra.
Que tengo miedo. Que un nudo en la garganta me impide decir todo lo que quiero decir.
Que me voy. Que en dos meses desparezco de mi ciudad. De lo que ha sido mi vida hasta ahora.
Y la sensación de echarte de menos, de no saber seguir si tú no estás conmigo, cada vez es más fuerte.
Intento no pensar, aprovechar cada segundo de mi tiempo sin preguntarme que viene después, que nos espera detrás de cada apuerta.
Pero es inútil. Es luchar contra un gigante. No puedo evitarlo.
Fue un día cualquiera, cuando decidiste levantarte y levantarme a mi, quitarme las lágrimas de la cara y prometerme que jamás te irías, que no dejarías que nadie me hiciera llorar.
Y tú, y sólo tú, me demostraste todo.
Todo lo que llevaba tanto tiempo buscando.
Y sin buscarlo, te encontré.
Te echaré de menos.
Se que los principios no son fáciles, se que los primeros días me preguntaré por qué estoy aquí, y me podrán las ganas de volver, pero te prometo que aguantaré, que seré fuerte y que seguiré adelante. Pase lo que pase.
Porque cada kilómetro que me separe de ti, se convertirá en un motivo para quererte aún más.
Y cuando volvamos a vernos, parecerá que fue ayer cuando nos dijimos adiós.
Que ni el tiempo ni la distancia pueden romper lo que un día nos unió.