sábado, 26 de marzo de 2011

Estoy cansada. Muy cansada. Ya no se qué pensar. Tengo miedo. Tu frialdad me asusta, y a la vez me desespera. Ya no puedo más. No te diré cosas bonitas hasta que tú decidas hacerlo. No moveré ficha hasta que no vea que estás dispuesto a jugar. Porque otra decepción no, lo siento, pero no. Me cansé de sufrir. Prefiero reírme y no pensar. Reacciona. Haz algo. No esperes a que lo haga yo, porque lo mismo no te gusta.

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